Una nueva edición de AGROMIN nos espera en este 2024

Hace tiempo venimos impulsando en el Perú la búsqueda de un desarrollo minero sostenible, pero que sea integral e inclusivo territorialmente en los lugares donde se desenvuelve, abarcando todas sus dimensiones y, en especial, lo social, ambiental y económico. En ese objetivo, no debería dudarse en repensar la forma en que se ha venido desempeñando, así como la manera en que deberá interactuar en adelante en tales espacios geográficos; en particular, cómo ir más allá de una visión exclusiva desde el sector minero.
La convivencia de actividades económicas en un mismo lugar es fundamental, no sólo desde el punto de vista territorial, sino también social. Ello, tiene un protagonismo mayor en lugares donde se dan actividades como el agro y la minería, más aun tratándose de trabajos que se realizan en zonas remotas (i.e. altoandinas), que por lo general presentan una gran diversidad biológica, cultural, geológica, histórica, política, geográfica, donde habitan poblaciones que se encuentran en situación de pobreza y que adolecen de grandes brechas sociales y de infraestructura adecuada para subsistir; es decir, zonas con baja o nula presencia del Estado.
En el Perú, la relevancia de la minería radica en su impacto en términos del PBI nacional, inversiones, divisas, ingresos fiscales, empleo directo e indirecto, transferencias subnacionales, activación de cadenas de proveedores, etc. A su vez, el agro se constituye en una actividad generadora de mucho empleo, alimentación necesaria -tanto de subsistencia, como de exportación-, divisas con la agroindustria, entre otros aspectos.
Además, debe considerarse que son ambas actividades milenarias en este territorio que son realizadas desde épocas prehispánicas inclusive, con tradición en este suelo peruano, que comparten geografía, geología, diversidad natural, agua, medio ambiente, cuyos productos son fundamentales en el orden mundial vigente. Y que, adicionalmente, comparten en la actualidad diversas innovaciones y tecnologías que son usadas y/o replicadas en ambos sectores.
En ese sentido, atendiendo a la importancia de estas dos actividades económicas -agro y minería- muy relevantes para la economía nacional, a su interrelación necesaria con el agua y el medio ambiente, y a los retos y desafíos que ambas presentan para su desarrollo actual y futuro; AGROMIN 2024 se presenta nuevamente en versión presencial, constituyéndose en un foro primordial para que autoridades, empresarios y expertos dedicados a forjar el futuro de las actividades económicas más importantes del país se reúnan a analizar, discutir y compartir lecciones y experiencias que puedan servir para una correcta toma de decisiones, así como mostrar y difundir las buenas prácticas agromineras y el apalancamiento que ambas actividades realizan entre sí y como pueden lograrlo con otras para reactivar el crecimiento económico en el país.
Así, la Convención Internacional AGROMIN reunirá a expertos, especialistas y demás actores clave de ambos sectores económicos y su ecosistema -agua y medio ambiente- durante tres días en la búsqueda de responder al como fortalecer la competitividad y sostenibilidad de los mismos, con el objeto de lograr beneficios para el Perú. Entre los diversos temas involucrados, se encontrarán la gestión eficiente del agua, la fertilización de suelos, la agricultura 4.0, la minería 4.0, los criterios ESG, los minerales críticos, la alianza costa-sierra-selva, las prácticas agromineras, el cambio climático como uno de los mayores riesgos que afectan el desarrollo de la humanidad.
Para construir el Perú sobre la base de estos dos motores cruciales para su desarrollo, se requiere continuar promoviendo las inversiones en las actividades minera y agraria, manteniendo altos estándares ambientales y sociales, buscando siempre más crecimiento económico y desarrollo territorial. En ello, AGROMIN se encuentra alineado y optimista.
Por: Mag. Augusto Cauti Barrantes – Consultor Internacional en Desarrollo de Negocios – Ex viceministro de Minas