Las mujeres en la agrominería
Cecilia Flores Presidenta de Woman CEO Perú y Miembro de la Comisión Organizadora de AGROMIN 2024.
Los años de experiencia en WomenCeo Perú, una asociación con 08 años en funcionamiento y más de 2000 miembros activos nos ha permitido desarrollar un concepto basado en la evidencia que dimos a conocer en nuestra sesión del día 07 de marzo por el Día Internacional de las Mujeres: el liderazgo autentico femenino
Nuestro ideario, parte del argumento que las mujeres tenemos una serie de habilidades propias altamente positivas para el liderazgo de las organizaciones, en la gestión, los proyectos y procesos. Un liderazgo inclusivo, empático, resiliente, enfocado también en el entorno y la persona; con perspectiva multimensional; compasiva y constructiva, siempre pensando en la mejora continua; creativa y con pensamiento crítico, son algunos de los atributos propios de las mujeres, que pueden haberse consolidado con años de construcción social, pero sobretodo de actitud frente a los obstáculos culturales y estructurales que aun hoy cierne sobre las mujeres y que limita su desarrollo.
La igualdad de género importa el cumplimiento de 3 estadios básicos: (i) la autonomía, física, económica y en la toma de decisiones (ii) el empoderamiento económico y, (iii) el liderazgo, a lo que en WomenCeo Perú llamamos Liderazgo con consciencia de género, que así ejercido lleva al Liderazgo autentico femenino.
Pero hablando de Agrominería, vemos que los obstáculos estructurales y culturales contra las mujeres pesan y muy duros. En una publicación efectuada el #8M por Ana María Farfán, de Mujeres de Paruro que representa a más de 900 agricultoras, señaló que los programas de financiamiento para el agro, exige a las mujeres presentar títulos de propiedad a sabiendas que la mayoría de los terrenos son comunales, y lo que es peor, que a las madres solteras les “exigen el aval masculino para poder financiarse”. Señala que 2 de cada 100 mujeres reciben capacitación y asistencia técnica y que 40% carece de ingresos propios, pese a participar en la actividad. Por el lado de las mujeres en minería, su participación activa es del 6.8% en mediana y gran minería, 7.1% en pequeña escala y 9.6% en minería artesanal. No hablamos en puestos de liderazgo. Hablamos dentro de la actividad minera en general.
¿Cómo se puede lograr la plena autonomía de las mujeres si aún existe una cultura social que privilegia a un género frente al otro? Con auto confianza, convicción y espíritu de cuerpo.
El crecimiento de una debe traer consigo el de otras. Las mujeres tenemos que ser solidarias entre nosotras. El 2022, Fernando Castro de la FAO escribió: “Las mujeres rurales participan en importantes cadenas productivas, como las de café, cacao, quinua, papa y crianzas de ganado lechero, ovino, cuyes, camélidos, entre otros. Por lo tanto, su actividad incluye una gran diversidad de tareas, como el manejo y cuidado de los animales, la siembra y la cosecha, el manejo del riego, la limpieza de canales, la preparación de los suelos, la pesca, recolección de leña, procesamiento, transporte y comercialización de productos agrícolas, a las que además se suman las tareas domésticas, como el transporte de agua para el hogar, la preparación de las comidas, el cuidado de las hijas e hijos, e incluso de personas ancianas y enfermas de la familia. La feminización de la agricultura constituye una gran oportunidad para situar a las mujeres como protagonistas del desarrollo y no solo como apoyo para sus parejas o parientes masculinos. Por otro lado, Angela Grossheim, directora ejecutiva de la SNMPE, en junio del 2023 comentó que “El desafío que enfrenta la industria minera no radica únicamente en superar las barreras y desigualdades existentes, sino también en crear un entorno propicio para que las mujeres puedan acceder a oportunidades de desarrollo y crecimiento”.
Si no comenzamos a reconocer la participación determinante de las mujeres en la economía y en el desarrollo de los sectores agromineros, poco contribuiremos con la erradicación de los estereotipos limitantes que buscan asignar a las mujeres de estos sectores aún roles subsidiarios, doméstico o condicionados a un tercero. Auto confianza, convicción y -estoy convencida-, espíritu crítico y de cuerpo de las mujeres unidas para hacer frente a esos estereotipos existentes, permitirá no solo confrontar las barreras subjetivas así como erradicar las visiones sesgadas que limitan el acceso a oportunidades de crecimiento y desarrollo de más mujeres. No más condescendencia, más acción crítica y de cambio. El momento es hoy y ahora, porque juntas somos más.